
8 discusiones que tendrás con tu chico al menos una vez
Las discusiones son una consecuencia directa de la convivencia. Formar una vida en común con otro hombre puede suponer algunos hándicaps en el día a día. Las diferencias de carácter, opiniones y expectativas vitales puede dar lugar a situaciones conflictivas que pueden convertirse en puntos de inflexión que cambien el rumbo de la relación. Sin embargo, esto no tiene por qué ser algo malo. Son los contrastes los que ayudan a fortalecer los vínculos y contribuyen a mejorar el autonocimiento y el conocimiento de la pareja.

Uno está más comprometido con la relación que el otro
Durante el transcurso de una relación el tema del compromiso suele ser el germen de algunos conflictos. Sobre todo en aquellas parejas que no han contraído matrimonio. El grado de implicación a menudo tiende a ser origen de discordias. Y es que la visión que se adquiere de la relación puede cambiar sensiblemente de uno a otro. Es bastante habitual que dentro de una pareja uno quiera hacer evolucionar la relación a partir de un mayor compromiso, mientras que el otro experimente esto con cierta resistencia.
A menudo surgen peleas motivadas por el reparto de las tareas domésticas. Es habitual que aquel que siente un mayor compromiso por la relación, también sea el que tiende a asumir más trabajo dentro de casa. Mientras que la parte más “pasiva” o menos comprometida, tienda a generarle más trabajo a su pareja.

La sombra de las redes sociales
Las redes sociales también ejercen un peso importante sobre la estabilidad de una relación. Especialmente, dentro de relaciones de pareja entre jóvenes. Aquellas parejas constituidas por hombres de entre 20 y 30 años tienden a sufrir enfrentamientos derivados del uso de las redes sociales.
En muchos casos, tienden a consumir un tiempo en ellas que suele restarse del tiempo en pareja. Muchos hombres gays sienten inseguridades cuando sus chicos comienzan a seguir cuentas de modelos o de demasiados hombres. Especialmente cuando ven que las interacciones son constantes y sustituyen las formas de comunicación dentro de la pareja.
¿Qué hay de los ex y de mantener el contacto con ellos dentro de las redes sociales? Sin duda constituye una zona de peligro.

Cuestión de dinero
No son habituales en las primeras fases de la relación. Tienden a aparecer cuando hay cierta estabilidad. La mayoría de discusiones vienen propiciadas por diferentes visiones sobre la forma de administrar la economía de pareja. Cuando uno de los dos tiende a gastar y otro tiende a ahorrar. El más ahorrador recrimina al despilfarrador su irresponsabilidad. A esta acusación el despilfarrador responde acusando a su novio de tacaño.
Para evitar este tipo de malentendidos es importante que exista comunicación y que ambas partes compartan su visión sobre el dinero en pareja. A partir del diálogo pueden encontrarse soluciones intermedias que ayuden a enriquecer la relación y desarrollar valores tan importantes como la empatía.
En ciertas ocasiones los problemas que se derivan de la gestión del dinero pueden ir asociados a una falta de confianza dentro de la relación. Tomarlo como un indicio de un problema más profundo puede ayudar a detectar debilidades y buscar soluciones.

Cuando el trabajo se antepone a la relación
¿Adicción al trabajo? Sí, también es una causa de problemas. Cuando uno de los dos da prioridad a sus compromisos profesionales y siempre antepone sus objetivos laborales a su relación de pareja, puede producirse un debilitamiento del vínculo afectivo.
Además, la adicción al trabajo también puede generar problemas de confianza. Es habitual que aquellos hombres que sufren la ausencia constante de su chico tiendan a pensar que hay una infidelidad o algún tipo de mentira detrás de dichas ausencias.

Adicciones que generan problemas en el día a día
Los problemas con el consumo de alcohol, drogas, ludopatía, o adicción al sexo pueden generar grandes daños dentro de una relación. Este tipo de factores externos puede acabar siendo germen de tensiones, desconfianzas y estados emocionales con tendencia a la irritabilidad.

Crisis al formar una familia
Cuando se forma una familia se reduce significativamente el tiempo para interactuar y hacer planes en pareja. El peso de la rutina se puede acrecentar. Algunos estudios especializados identifican tres pautas para mantener un grado de intimidad saludable después de formar una familia: Mantener las muestras de afecto, tener conciencia de cómo se encuentra la pareja siendo receptivo y trabajar de forma conjunta y colaborativa para solucionar los problemas.

¿Demasiado sexo o poco sexo?
El ritmo de las apetencias y necesidades puede desincronizarse. Mientras uno puede estar pasando por una fase más asexuada, su pareja puede experimentar incrementos de deseo. La falta de tiempo, las obligaciones, el trabajo o el estrés pueden hacer que la relación se enfríe y resulte difícil coincidir en un mismo estadio sexual y afectivo. En estos casos la solución es la comunicación. Incluso llegar a un acuerdo de cuándo se practicará sexo (si es que los horarios o las circunstancias lo hacen difícil).
Además, caer en la rutina sexual también puede generar carencias y disfunciones. Estar abiertos a nuevas experiencias y formas de sexo será fundamental para mantener una vida sexual dinámica y saludable.

Infidelidades
Descubrir que tu chico ha mantenido una aventura o ha cometido infidelidad puede ser el detonante de una ruptura o un agravante significativo. Sin embargo, es importante que sepamos que una infidelidad no siempre tiene por qué terminar en una ruptura. Si se identifican los problemas que la generaron y se recomponen los espacios de la relación que se han visto dañados, es posible salir fortalecidos de una experiencia así. Además, puede ser una oportunidad para conocer más al otro y descubrir cuáles son las carencias que existen o los errores que se han cometido.