Asesinan a un joven y escriben con su sangre en las paredes que es gay

Ben Aknoun tenía sólo 21 años cuando fue asesinado en el campus universitario de Ben Aknoun, en Argelia. Era estudiante de tercer año de medicina y poco antes de haber sido asaltado decidió declarar en su perfil de Facebook que era homosexual.

Sus asaltantes no quedaron contentos con arrebatarle la vida y poco después de proporcionarle un corte profundo en la garganta utilizaron su sangre para escribir en la pared «Es gay».

Alouen, una asociación que defiende los derechos del colectivo LGTB, ha denunciado este triste suceso haciendo hincapié en la responsabilidad de las fuerzas políticas. En sus propias palabras: «Los políticos y algunos homófobos son los verdaderos responsables de este crimen«.

Además también han aprovechado para denunciar las palabras de Laîdouni, el que ocupa la presidencia de la Unión de Magistrados de Argelia. Este «señor» aseguró que aquellas personas que luchan contra la homofobia están pisoteando los valores y fundamentos del pueblo argelino, por esta razón, los jueces no crearán leyes que vayan en contra de «lo que quiere» el pueblo.

Este desafortunado incidente ha desatado por otra parte una manifestación entre los estudiantes de la facultad donde estudiaba la víctima. De hecho, se ha producido una reunión con cientos de estudiantes para protestar y rendir tributo al joven.

Esto no resulta extraño si tenemos en cuenta que Argelia es uno de esos países en los que se sigue condenando la homosexualidad con una pena de prisión de hasta tres años. Tristemente, su gobierno sigue sin ceder ante una realidad, y no parece que se vayan a producir cambios al respecto. El primer ministro, Ahmed Ouyahia ya ha descartado el reconocimiento de derechos del colectivo LGTB.

De momento, sólo nos queda la opción de observar con vergüenza este tipo de acontecimientos y denunciarlos públicamente. Necesitamos que se conozca una realidad descorazonadora para millones de personas tanto en Argelia o en otros países como Rusia. De momento, y desgraciadamente, sólo tenemos que conformarnos con nuestra palabra y ver con impotencia estos desgraciados acontecimientos.