Bolsonaro viola los derechos humanos del colectivo LGTB+

El gobierno de extrema derecha brasileño no ha tardado mucho en cumplir los peores pronósticos. En su primera Medida Provisional, el nuevo presidente de Brasil ha sido renombrar los ministerios.

Con el renombramiento y la nueva organización de los ministerios del gobierno brasileño, se ha dejado fuera y de forma completamente deliberada, los derechos humanos del colectivo LGTB+ (puedes aprender más sobre ellos con estos documentales lgtb).

Cuando se pretende derogar las leyes que protegen a un colectivo discriminado (lo que se llama discriminación positiva), lo que está haciendo implícitamente es negar por un lado la igualdad de derechos y por otra, la situación de discriminación que originó la ley.

Directamente Jair Bolsonaro ha eliminado (por omisión, pero de forma perfectamente consciente) al colectivo LGTB+ de la carta de derechos humanos. Un gobierno que además, presionará todo lo posible a los indígenas.

Bolsonaro y la política de la extrema derecha

Se ha eliminado el Consejo Nacional de Lucha contra la Discriminación y la Promoción de los derechos de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Travestis y Transgénero, en su lugar, la nueva ministra Damara Alves (pastora evangélica) responsable del Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos ha establecido el Consejo Nacional de Lucha contra la Discriminación.

Bolsonaro contra el colectivo LGTB
La política de la extrema derecha cobra fuerza con Bolsonaro.

Los derechos del colectivo LGTB+ pasan a englobarse dentro de la Secretaría Nacional de Protección Global, cuyo principal responsable es Sergio Augusto de Querioz, también pastor evangélico.

Querioz, para defender a Damara Alves cuando se criticó su postura antiabortista y anti LGTB+, argumentó “La expresión de derechos humanos no es nada más que una manipulación retórica para que les den “sus propios derechos”.

Así pues, si el colectivo LGTB+ lucha por ser incluidos dentro de las políticas contra discriminación y en la carta de los derechos humanos, según el secretario del organismo de quien dependerán a partir de ahora, solo están utilizando los derechos humanos para pedir sus propios derechos.

Podría parecer una falacia y un argumento esencialmente absurdo, pero el problema es que este tipo de frases y argumentos calan hondo en una sociedad cada vez más extremista. Una sociedad que ha posicionado a la extrema derecha en el poder y que cada vez más se escora hacia una sociedad intolerante, conservadora y desigual.

Recordemos que la tasa de asesinatos de personas LGTB+ en ese país es la más alta del mundo. El clima de crispación, de odio y represión hacia el colectivo hace más que nunca necesaria una políticas para paliar la situación y reconducir los valores de la sociedad brasileña.

Brasil LGTB en imágenes