Destripamos ‘Oraciones para Bobby’ (2009): ¿La mejor película familiar de temática gay?

Oraciones para Bobby se estrenó hacia el año 2009 pero lo cierto es que esta TV movie sigue tocándonos el corazón trece años después de su lanzamiento. Aunque fue nominada a grandes premios como los Globos de Oro, los Emmy o los premios del Sindicato de Productores, lamentablemente esta película no ha tenido la difusión que merece.

Si tuviésemos que hablar sobre las películas que han marcado un antes y un después en la lucha por los derechos LGBT, Oraciones para Bobby es, sin lugar a dudas, una de las más importantes.

Este maravilloso relato familiar nos transporta a la vida de la familia Griffith en la década de los ochenta. Aunque siempre han sido una familia feliz y unida todo cambia cuando el hijo menor, Bobby, descubre que es gay. A partir de entonces su idílico mundo comienza a convertirse poco a poco en un calvario.

La primera escena ya empieza golpeándonos fuerte con una reunión familiar en la que sin prestar mayor atención al peso de sus palabras, su abuela dice: “Deberían alinear a todos los maric*nes y fusilarlos”. Acaba de ver al hermano de Bobby imitando a un gay a modo de chiste. “Basta, es repugnante”, dice la madre para que deje de hacer gestos femeninos. En ese momento, Bobby baja la mirada, está roto pero nadie lo sabe.

Sin embargo, aunque en un comienzo todo parece apuntar a que el protagonista de la trama será Bobby (interpretado por el atractivo Ryan Kelley), en realidad, a medida que atravesamos las secuencias y nos adentramos en las profundidades del relato, nos damos cuenta de que se trata de un duro viaje de introspección y autodescubrimiento de su madre Mary (que, por cierto está interpretada por una increíblemente brillante Sigourney Weaver).

Desde el principio de la película, la historia fluye. Una fotografía y un elenco fantásticos nos hacen interesarnos desde el primer momento por los sentimientos de los protagonistas. Despiertan nuestra atención a partir de pequeños detalles con los que todos, en mayor o menor medida, nos sentimos identificados en algún momento.

El comienzo de la travesía comienza con una madre tradicional, enfermizamente católica que está dispuesta a renunciar para siempre a su hijo. Sin embargo, el intenso trayecto finaliza con una madre destruida que acaba convirtiéndose en una activista LGBT. ¿La razón? Su hijo se quita la vida lanzándose a la autopista desde un puente y, todo lo que le lleva a hacerlo es una sucesión de experiencias que han ido destruyendo su autoestima. El detonante y, de hecho, el último pensamiento que le viene a la mente antes de saltar al vacío es una frase que pronuncia su madre: “No quiero un hijo gay”.

Una frase que pronuncia cuando Bobby, harto de intentar cambiar su homosexualidad se rebela: “O aceptas que tienes un hijo gay o no tienes hijo”. Ante esta disyuntiva, la madre opta por renunciar a su hijo.

Hacia las profundidades de la Biblia

Una de las cosas que más impresionan es el guión. Aunque Mary parte desde una posición inflexible e, incluso, trata de mantenerse en ella después de la pérdida de Bobby, la inquebrantabilidad de la muerte hace que ocurra algo dentro de ella. Necesita saber que su hijo no ha sido juzgado en el más allá ni enviado al infierno y comienza a transitar por un camino que antes le parecía infranqueable. De pronto, descubre que ha puesto en manos de un libro la vida de su hijo. Trata entonces de descubrir el significado real que se esconde detrás de los epígrafes de la Biblia que condenan la homosexualidad.

Para ello se pone en contacto con la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, una Iglesia que acepta a los homosexuales. Allí comienza a mantener conversaciones sobre la interpretación de la Biblia con un párroco y obtiene respuestas que no esperaba escuchar:

«La Biblia dice que comer crustáceos es una abominación o mezclar tejidos diferentes. No sólo dice que los homosexuales deben morir por sus pecados, también dice que deben hacerlo los adúlteros o los hijos que no obedecen a sus padres. En el Deuteronomio dice que «Si una mujer no es virgen el día de su boda, debe ser llevada a la casa del padre y apedreada hasta morir». Sin embargo, no tomamos todo esto al pie de la letra. ¿Por qué los versículos sobre la homosexualidad sí?».

Algunas de las escenas más espantosas y a la vez maravillosas de ‘Oraciones para Bobby’

Hablar de las mejores secuencias de la película es bastante difícil porque Oraciones para Bobby es toda una sucesión de increíbles escenas. No obstante, a continuación trataremos de reunir algunas de ellas:

‘Hasta los animales saben con quién tienen que hacerlo’

El único personaje que parece aportar algo de sentido común es la prima de Bobby. En su primera aparición ya deja entrever que no está de acuerdo con su familia: Ella sabe que Bobby no debe cambiar nada porque no hay nada de malo en él.

En una de las escenas aparece la familia en una cena. Tanto los padres como los hermanos de Bobby tratan de dar fuerza a los argumentos de la Biblia.

“No creo que mi sexualidad sea algo que yo pueda escoger”, comenta él. “Entonces, ¿los ladrones y los asesinos tampoco pueden escoger entre el bien y el mal?”, responde su hermana. A continuación interviene su prima diciendo “Yo pienso que cada persona debería poder amar a quien quisiera”. En ese momento se crea un silencio y todos la condenan.

La madre de Bobby con cierta repugnancia, añade que se trata de elegir lo correcto: ‘Hasta los animales saben con quién tienen que hacerlo (mantener relaciones)’.

Sin embargo, las muestras de apoyo de su prima no quedan ahí. Decide invitar a Bobby a pasar un tiempo con ella en su apartamento y es ya en la ciudad donde puede conocer al que será su primer y último amor.

Bobby era bueno

El funeral de Bobby es oficiado por un cura que lo condena ante todos. Más tarde, la prima de Bobby va a visitar a su madre y sus palabras son… ¡preciosas!

«Bobby era bueno, y decente, y gentil. Alguien que ni siquiera le conocía ha subido al altar a condenarle. Y tú lo has permitido. Bobby hizo todo lo que pudo para que lo aceptáseis. ¡Fue tan bueno, brillante y divertido! ¡Debía haber sido elogiado por quién fue! Lamento que tú no consigas verle de ese modo».

¿Eso será suficiente?

Poco después de la muerte de Bobby, Mary se reúne con dos párrocos en su casa para pedirles ayuda. Desea descubrir si su hijo ha ido al infierno por ser gay. ‘Bobby pecó pero nunca habría sido capaz de hacer daño a nadie, él era puro de corazón. ¿Eso será suficiente?’

Ante esto, ninguno de ellos sabe qué responder y por toda respuesta intercambian una mirada. La inocencia de Mary y su dependencia extrema de la Biblia se mezclan con el amor incondicional que en el fondo siempre sintió por su hijo. En este punto podemos ver cómo, sin saberlo, ha empezado a verle de una forma distinta.

‘Ojalá pudiera ocultarme bajo una piedra y dormir para siempre’

Semanas después del entierro, Mary decide hacer algo que nunca hizo. Intentar entender a su hijo. Lee su diario y descubre cómo se sentía.

“Ojalá pudiera ocultarme bajo una piedra y dormir para siempre. […] Mis amigos me odian, mi familia me odia. Me asusta cuando hablan así, porque ahora están hablando de mí cuando hablan de los gays. El pasado 30 de mayo, en una barbacoa familiar, conseguí divertirme. Mi madre volvió a mostrar su lado dulce y gracioso, por un momento pensé que volví a recuperarla. Sonrió con algo que le dije, y vi en sus ojos por un segundo, que ella olvidó lo que realmente piensa de mí”.

La música de la escena, la voz de Bobby y la brillantísima actuación de Sigourney Weaver nos sumerge de lleno en la historia y nos hace sentir muuuuy frágiles.

‘He matado a mi hijo’

Cuando Mary va a una asociación de padres de hijos gays y escucha sus experiencias y relatos, descubre la dolorosa realidad. Su hijo no era ningún pecador. Más tarde la vemos en plena madrugada bajo la lluvia a las puertas de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana. ‘Siempre supe que fue diferente a los demás. Desde que lo tuve en mis entrañas. He matado a mi hijo.’ Este fragmento es sin duda el clímax del personaje, el punto de inflexión que cambia su vida.

Antes de decir «amén», no olviden que un niño lo está escuchando

El discurso que lanza Mary en un acto político representa el culmen de su evolución dentro de la trama. “Antes de repetir «amén», no olviden que un niño lo está escuchando”, repite ante una masa de ciudadanos homófobos. ¡Increíble!

Mary Griffith continúa luchando durante toda su vida por la visibilidad

¿Recuerdas la secuencia final en la que aparece en una movilización? El momento en el que ve a su hijo entre los asistentes es uno de los más bonitos. Mary se acerca y le abraza pero no es su hijo, es otro chico de su edad. Le sonríe y se marcha. ¡Awwwww!

La historia real

Al final de la película se revela a los protagonistas en que se basa la historia. Lamentablemente, Bobby Griffith existió y se quitó la vida con tan sólo 20 años debido a la homofobia de su madre. A partir de entonces, Mary se convirtió en una activista que dedicó el resto de su vida a ayudar a los chicos gays.