
El 31% del colectivo LGBT tiene problemas a la hora de encontrar trabajo
1 de cada 3 personas del colectivo LGBT se siente discriminada en el trabajo
La encuesta de la FELGTB y COGAM concluye que en nuestro país el índice de discriminación en entornos laborales para nuestro colectivo supera la media de los países europeos. A pesar de que España es uno de los países más avanzados a este respecto parece que en el terreno laboral la cosa cambia (aquí tienes un decálogo de consejos empresas discriminación LGBT). Un 31,23% del colectivo LGBT se siente discriminado en sus puestos de trabajo.
El Eurobarómetro proporciona un reflejo claro la percepción que tiene nuestra población sobre la comunidad LGBT en el entorno laboral:
- un 22% de los encuestados afirman no sentirse completamente cómodos trabajando junto con compañeros transexuales.
- Un 19% de los encuestados no se sentirían plenamente cómodos con compañeros de trabajo gays, lesbianas o bisexuales.
- Un 6% se sentiría totalmente incómodo trabajando junto a una persona LGBTI. A pesar de que se trata de un porcentaje reducido cuenta con gran potencialidad de generar situaciones de discriminación. No olvidemos que los entornos de trabajo son puntos de convivencia donde se comparte una gran parte del tiempo tanto con los compañeros como con superiores.
Pero, ¿formar parte del colectivo LGBT es una desventaja a la hora de encontrar un puesto de trabajo?
El 31% de las personas encuestadas sí lo consideran una desventaja en comparación a cualquier candidato heterosexual. Es decir, que si dos personas con un currículum idéntico y unos rasgos comunes se presentasen a una oferta de empleo, uno de ellos sería desestimado por su orientación sexual a ojos de un 31% de los encuestados. Este dato se eleva significativamente a un 44% cuando hablamos de un candidato transexual. Una cifra que se dispara frente al 34% de la media en los países europeos.

¿Dónde estamos fallando?
En contra de lo que se pueda percibir, sí existe discriminación en 2018. Es cierto que la forma en que se manifiesta ha evolucionado hasta convertirse en una discriminación silenciosa, pero sigue existiendo.
La normalización (no me gusta utilizar esta palabra) de nuestro colectivo en el trabajo sigue siendo un reto porque no se ha conseguido. Sin embargo, este problema social tiene su origen en algo desgraciadamente común: la ignorancia.
Así lo percibe un 90% de los encuestados, que considera necesaria la formación a los empleados en temas de discriminación (incluyendo al personal de selección y recursos humanos).
Además estos planes de formación social dentro de las empresas se deben complementar con un seguimiento y registro de todas las entrevistas de trabajo. ¿Qué tipo de perfiles han optado a una vacante de tu empresa? ¿Por qué razón se han desestimado? ¿Existe variedad dentro de tu plantilla de trabajadores? ¿En tu equipo de trabajo se refleja un entorno multicultural y una representación más o menos visible de todos los colectivos de nuestra sociedad?
¿Qué empresas barajan este tipo de planteamientos? Ninguna (o casi ninguna).

¿Cuál es el resultado? El ocultamiento
El temor a perder un puesto de trabajo o a sufrir acoso laboral (mobbing) hace que la mayor parte de personas que pertenecen a nuestro colectivo opten por ocultar su identidad. Esto se traduce en pérdida de calidad de vida y además en la invisibilización de nuestro colectivo. Si como homosexuales fingimos ser heteros dentro de una oficina estaremos apoyando el viejo discurso conservador de «los entornos serios no son para los gays» o «los gays sólo pertenecen al mundo de la noche».
Cuando un homosexual, bisexual o transexual opta por esconderse el resultado es claro: Está dando más poder al opresor.
En muchas ocasiones, ocultar nuestra personalidad no resulta fácil. Es imposible para los que tienen una identidad de género más marcada (pluma). En estos casos el índice de discriminación aumenta precisamente porque están más expuestos. Según muestran los estudios elaborados por el Instituto de la mujer , las personas LGBT (especialmente los hombres gays y las transexuales) con una identidad de género más marcada sufren con mayor probabilidad agresiones verbales o faltas de respeto como el uso de diminutivos a la hora de referirse a ellos.
Vivimos entonces en una doble vida dentro de España, en un entorno repleto de hipocresía:
- La vida social: Encontramos niveles de tolerancia y respeto que sobrepasan a la media europea. Existe una mayor sensibilización ante las injusticias sociales por razones de orientación sexual y orientación se género.
- La vida laboral: Vemos una cara revestida de protocolos antiguos, reductos homófobos y tránsfobos. En el día a día aún prima el sesgo hacia la heterosexualidad hasta el punto de que la comunidad opta por la autocensura como forma de supervivencia.

¿Cómo puedes luchar contra este tipo de situaciones?
Habla. No tengas miedo. El miedo es cosa del pasado. Hace poco escribimos un artículo recordando las enseñanzas que nos transmitió Harvey Milk. Si dejas que el miedo te domine estarás dando poder a la homofobia.
¿Eso significa que hay que revelar la intimidad sexual en el trabajo? No, de hecho pensar así sería otra forma de discriminación. Por ser homosexual, bisexual, intersexual o transexual no tienes la obligación de revelar tu intimidad a terceros. Pero no te permitas el lujo de sentir miedo. No dejes de comportarte de forma natural, no renuncies a tu personalidad por agradar a tus compañeros del trabajo, tampoco lo hagas por una nómina.
