
El mayor estudio científico de la historia habla claro: no existe un único «gen gay»
El estudio, realizado por un equipo internacional de científicos, investigaba cuánto influye la genética en el comportamiento sexual y si existe el «gen gay». En él han participado 477.522 personas de EE.UU, Reino Unido y Suecia, unas cien veces más que en estudios anteriores.
La conclusión a la que han llegado ha sido que no existe un único gen gay, sino que el comportamiento sexual es poligénico. Es decir, que son muchos genes distintos los que influyen en la probabilidad de tener parejas del mismo sexo.
Anteriormente se habían realizado estudios sobre gemelos y familiares. Estos estudios habían demostrado que el comportamiento sexual entre personas del mismo sexo está parcialmente influenciado por la genética. En concreto, entre un 30% y un 50%. Pero los datos sobre genes específicos involucrados eran poco concluyentes.
En esta nueva investigación se realizó un estudio de asociación de genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés). Se localizaron cinco variaciones únicas en la secuencia de ADN que parecían estar involucradas con claridad en el comportamiento no heterosexual. Estas variaciones podrían llegar a explicar entre el 8% y el 25%.
Estas cinco variantes genéticas tienen una influencia mínima. Sus efectos sumados no alcanzan a explicar ni el 1% de los casos. El estadístico Andrea Ganna, del Instituto Broad lo tiene claro: «Es básicamente imposible predecir la actividad sexual o la orientación de una persona por su genética».

Parece claro que no hay un gen de la homosexualidad o gen gay, como no lo hay de otros comportamientos igualmente complejos.
El porcentaje restante del comportamiento no heterosexual aún no ha sido explicado. Podría deberse en parte a la educación o la cultura. Pero los científicos creen que hay otros factores biológicos importantes que valorar, como el ambiente prenatal en el útero.
El estudio se llevó a cabo con una cuidada rigurosidad, además de la amplísima muestra tomada. Aún así, presentaba alguna que otra limitación. Por ejemplo, se clasificaba a una persona como homosexual tras haber respondido afirmativamente a la pregunta: «¿Ha tenido alguna vez sexo con alguien del mismo sexo?». Pero es una pregunta quizás demasiado simple para tratar un comportamiento complejo como es la orientación sexual.
Otra cuestión es que esta pregunta era voluntaria en el cuestionario rellenado en EE.UU. El 19% de los que respondieron dijeron que sí. Por el contrario, en el cuestionario del Reino Unido era una pregunta obligatoria. El 2,8% de las mujeres y el 4% de los hombres respondieron afirmativamente. Hay una importante diferencia de porcentaje entre ambos países. Esto podría deberse a que las personas con estilos de vida no convencionales se presten más fácilmente a responder esta pregunta. Según Simon Heath, uno de los investigadores del estudio, «Esta diferencia en los conjuntos de datos dificulta la interpretación de los resultados».
