
Harry Styles y ‘My Policeman’ podrían acabar con la maldición gay de Hollywood
My Policeman es uno de los proyectos más esperados de Harry Styles y es súper gay. Después de que el artista ganase un Grammy a la mejor interpretación de un solo de pop y de que incendiase las redes posando con un vestido para Vogue el artista da el salto a la gran pantalla.
En el proyecto dará vida a Tom Burgess, un policía gay que se introducirá en las redes de un complejo triángulo amoroso en plena década de los años 50, hasta que uno de ellos se rompe y tres vidas se destruyen.
Según una fuente cercana al proyecto Harry protagonizará escenas de sexo y los creadores buscan escenas tan reales como sea posible.
Hasta donde se sabe, el cantante hará un desnudo integral (de forma bastante explícita) y tendrá dos relaciones sentimentales.
Pero, ¿por qué hay tanto interés en que sean escenas muy reales? En realidad, el sexo (y las relaciones de amor gay en general) han tendido a mostrarse con más cautela de lo común. La industria del séptimo arte está repleta de ejemplos en los que la principal forma de contar este tipo de encuentros ha sido velándolos y haciéndolos bastante más artificiales y “aceptables” de lo que lo son (para muchos) en la vida real. Esta forma de narrar, que llegó a su apogeo con la explosión de la pandemia del sida, sigue presente y la huella de la vergüenza en los estudios sigue siendo una realidad.
¿Recuerdas la fantástica película de Call Me By Your Name? Si la has visto, seguramente sabes que la escena más apasionada en la que se produce un encuentro sexual entre los protagonistas se “resuelve” con un desplazamiento de cámara y un fundido en los árboles.
De hecho este silencio narrativo contrasta de una forma llamativa frente al libro, en donde el autor describe el encuentro con todo lujo de detalles aunque, eso sí, sin renunciar a la elegancia y a la belleza literaria que le caracteriza.
Por supuesto, también contamos con el gran ejemplo de los últimos años: Bohemian Rhapsody, la película que fue tachada de heterosexualizar (invisibilizando la realidad) al rey del rock gay por excelencia, Freddie Mercury.
Y es que, si hay algo que se sabe, es que Freddie Mercury tuvo una vida sexual muy intensa. Y… En esta película biográfica todo queda minimizado a un triste plano en la puerta de un baño público. Además, las escenas más íntimas que se relatan de Freddie son siempre con una mujer.
Afortunadamente, en la actualidad comenzamos a ver películas que están intentando desafiar esta maldición del mundo gay en el cine. Buenos ejemplos son God’s Own Country o Beats Per Minute.
Ahora, todo parece apuntar a un desafío definitivo con Mi policía, donde Harry Styles encarnará un personaje que tiene una vida sexual movida y en la que se mostrará de forma más transparente.
¿Estamos frente a una de esas poquísimas películas en las que el sexo gay no suponga una vergüenza para los creadores y un intento de no ofender a las masas?
De ser así, podríamos estar a punto de ver cómo se rompe uno de los grandes tabúes de la industria del celuloide y abrir la puerta a una visión menos hipócrita del mundo gay.
¡Crucemos los dedos!