Iglesia sueca pone un cuadro en el altar con personajes transexuales y gays

Es bien conocido por todos que la Iglesia no celebra el amor entre dos personas del mismo sexo (incluso lo condenan), lo mismo ocurre con la transexualidad. Sin embargo, es cierto que en países como Suecia tienen una mentalidad más aperturista, ya que allí incluso está permitido que las mujeres puedan ser sacerdotisas.

Además, también existe mayor tolerancia hacia el colectivo LGTB. Un buen ejemplo de ello es lo que ocurre en la parroquia de San Pablo de Malmö. Allí su sacerdotisa, Sofía Tunebro, colgó un cuadro que reinventaba el nacimiento del hombre y la mujer. La pintura es obra de la artista Elisabeth Ohlson Wallin y retrata varios Adanes y varias Evas. En total hay dos parejas, una conformada por dos hombres, uno de ellos negro, y otra por dos mujeres. 

La polémica obra

Lo malo de este gesto que sin duda pretendía aunar viejas y nuevas generaciones, dando la bienvenida a todo el mundo; es que la sacerdotisa finalmente se tuvo que ver obligada a descolgar el cuadro debido a las críticas de la extrema derecha entre otros. También de la propia iglesia, como del obispo de Lund, que comentaba que puede considerarse como un mensaje diferente y erróneo de la historia.

Per Svensson, pastor jefe de la iglesia de Malmö, comentó que cuando tuvo oportunidad de ver la obra, se dio cuenta de un problema. Y es que la clásica serpiente que representaba el diablo y la tentación, estaba aquí representada como un transexual. Debido a esto, explicó la eliminación del cuadro de las paredes de la parroquia diciendo que podría ser considerada “transfóbica”. Aunque su autora ha negado este hecho y lo ha tachado de excusa. También ha añadido que ella está trabajando en otra obra similar.

Estrechando lazos con nuevas generaciones

La idea de la sacerdotisa Sofía Tunebro era la de dar la bienvenida a nuevas generaciones para que se sintiesen a gusto y bienvenidas. En palabras suyas “Creo que es un gran respiro para aquella gente que por fin se vea representada.” Y añade “Es una gran alegría.”

También la autora ha querido aclarar que la parroquia de San Pablo de Malmö debería sentirse orgullosa. Por ser la primera iglesia del mundo en exponer una obra LGTB. “Deberíamos estar orgulloso” ha terminado diciendo. Solo queda esperar a su nueva obra, y ver si finalmente la aceptan y la mantienen en las paredes de esta iglesia sueca que al menos intenta derribar algunas barreras entre las nuevas generaciones.