
La Iglesia en declive: En España pierde 280.000 creyentes al año
Hasta ahora la Iglesia católica ha sido la religión mayoritaria en España. Vivimos en un estado que se declara aconfesional en su Constitución. Pero en él se han otorgado beneficios históricos a la Iglesia durante décadas.
Sin embargo, el progreso se está llevando por delante esta religión que en muchos temas sigue anclada en el pasado. Para empezar, en los próximos años va a cambiar la relación entre Iglesia y Estado. Así, se van a revisar sus beneficios fiscales, como la exención del IBI y el cribado de las inmatriculaciones.
Pero hablemos de datos. A día de hoy sólo se declaran católicos dos tercios de los españoles mayores de edad. En las últimas dos décadas la Iglesia católica ha perdido 17 puntos de peso entre la población. Todo esto según las encuestas sobre religiosidad del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas).
El porcentaje de ateos e incrédulos se ha triplicado en estas dos décadas, pasando del 11,9% al 29,7%. Al mismo tiempo, el número de españoles que se definen como católicos ha bajado del 83,6% al 66,9%.
Es también interesante cruzar estos datos con los del INE (Instituto Nacional de Estadística). Así podemos ver que la Iglesia católica está perdiendo de media 280.000 fieles anuales. Mientras que la cifra de ateos, no creyentes y agnósticos sube de media 345.000 personas al año.
El asunto llega más lejos. De estos 26 millones de españoles que se definen como católicos, más de dos tercios no son practicantes. Tampoco van nunca o casi nunca a misa. Las misas cada vez están más vacías. El porcentaje de católicos que asiste a los oficios semanales ha bajado a la mitad en estas dos décadas.

Del mismo modo cada vez se celebran menos bodas, bautizos y comuniones. Datos provenientes de la Conferencia Episcopal indican que se producen 16.000 enlaces y comuniones y 54.000 bautizos menos al año.
En 2017 sólo el 54% de los bebés se bautizaron en la Iglesia católica. Tan sólo una de cada cuatro bodas se celebró en una iglesia. Se suma a este dato que más del 45% de los niños nacen fuera de ningún tipo de matrimonio.
Esta crisis de fe entre los ciudadanos españoles no es el único problema al que se enfrenta la Iglesia católica. Y es que la plantilla de curas está muy envejecida. Más de la mitad de los sacerdotes están por encima de la edad de jubilación. Esto empeora en el caso de monjas y frailes.
Todas estas cifras vienen a confirmar algo que ya sabemos: la Iglesia se está quedando en el pasado (¿recuerdas las palabras del padre de Ana Frank lesbiana?). Y es que a la institución le cuesta modernizarse. Aún en el Siglo XXI muchos sacerdotes siguen condenando la homosexualidad. Hace menos de un año, el obispo de Vitoria-Gasteiz hacía unas polémicas declaraciones sobre la homosexualidad.
En ellas la trataba como una enfermedad, como una herida. Y es que, a pesar del intento de acercamiento del Papa Francisco, la Iglesia no avanza lo suficientemente rápido. Renovarse o morir, se dice siempre, pero en este caso no parece que puedan renovarse lo suficientemente rápido.