
Las víctimas de Orlando se oponen al museo en el local para proteger a los supervivientes
2016 se convirtió en un año negro para la historia del colectivo LGTB. En ese año, el guardia de seguridad Omar Mateen decidió llevar a cabo la masacre más salvaje de la historia moderna sobre el colectivo LGTB. ¿El motivo? Homofobia. El resultado fue la muerte 53 personas que en aquel momento se encontraban celebrando una fiesta gay latina (sin contar a los heridos).
Tres años después, aquellos hechos siguen latentes en nuestra memoria, aunque más aún en los corazones y mentes de aquellas víctimas directas o indirectas. Tanto supervivientes, como familiares de estos y de los fallecidos en aquel día negro.
De hecho, hoy se convierten en noticia precisamente al manifestarse en contra de la creación del Museo Pulse. Esta iniciativa está pensada para rendir tributo a las víctimas y brindar información sobre el acontecimiento a los turistas. A pesar de que un museo podría ser un símbolo de reivindicación lo cierto es que las víctimas y los familiares de estas no están de acuerdo con el plan, algo que por otro lado tiene mucho sentido. Todos ellos piensan que si se hace una recolección de fondos en nombre de la tragedia acaecida en Orlando, el dinero deberá ir a parar a los familiares de las víctimas y los sobrevivientes.
Los planes que se están estudiando convergen en una idea: Crear un museo de propiedad privada. Cabe recordar que Bárbara Poma, la dueña del bar Pulse (donde tuvo lugar la masacre) creó una asociación sin ánimo de lucro llamada onePulse.
Hoy los opositores señalan que se debería demoler el local de pulse, donde hoy se encuentra el Pulse interim Memorial, un monumento de carácter provisional que fue levantado en memoria de las víctimas. Además alegan que se preocupan más «por los sobrevivientes que por educar a los turistas». Además recuerdan que la masacre de Pulse dejó 53 muertos y 49 heridos. A día de hoy sigue siendo el tiroteo masivo más mortal contra la comunidad gay y latina en la historia moderna de Estados Unidos.
Diferentes figuras políticas de Florida han preparado un proyecto para finalmente reconocer a nivel federal a Pulse como un monumento al cual se puedan hacer llegar subvenciones privadas pero también públicas.
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