
Los Axgil: La historia de la primera pareja gay del mundo que logró casarse
Hoy estamos habituados a ver en televisión, en el cine o en prensa a parejas de hombres famosas y, la mayoría de nosotros, desconocemos quién fue la primera que existió. En The Stonewall hemos dedicado muchos artículos a tratar temas variados sobre la lucha por los derechos LGTB+. Sabemos que la búsqueda de una igualdad real ha conllevado muchas represalias, muertes y toda clase de castigos impuestos a personas cuyo “delito” ha sido amar. A día de hoy sigue siendo una cruzada que no ha finalizado, pero por la que nos dejamos la piel diariamente para conseguir libertad para las siguientes generaciones.
En el texto de hoy queremos mostrar el momento en el que se registró la primera unión civil de una pareja homosexual que marcó un antes y un después en la historia del colectivo. No fue hasta finales del siglo XX cuando por fin tuvo lugar un acontecimiento tan importante y decisivo. Con este artículo queremos rendirles homenaje a Axel y Eigil Axgil, los primeros gays unidos legalmente que lograron cumplir su sueño después de más de 40 años juntos.

Un poco de historia del activismo gay en Dinamarca.
Axel Lundahl-Madsen (1915-2011) creó Forbundet af 1948 (Asociación de 1948 o F-48) inspirado por la Declaración Universal de Derechos Humanos y diseñada por representantes de todas las regiones del mundo. Esta declaración tuvo lugar en París organizada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, aunque no quedó exenta de críticas.
El grupo F-48, que pasaría a llamarse LGBT Danmark en el futuro, empezó a defender los derechos del colectivo cuando estos no fueron incluidos en la declaración citada anteriormente. Los integrantes de esta asociación se dieron cuenta de que las Naciones Unidas los habían dejado apartados, privados de sus derechos. A partir de ese momento consideraron que eran los ciudadanos quienes debían luchar para que regulasen su situación.
Un año después Axel conoció a su pareja, Eigil Eskildsen (1922-1995), y juntos crearon un periódico titulado Vennen (Amigo) cuyo público objetivo era la comunidad LGTB+. A este proyecto le siguieron una agencia de modelos y una empresa de fotografía destinadas al mismo colectivo. Compaginaron todas estas actividades con el activismo e incluso después de su unión continuaron con la lucha.

Gracias a décadas de militancia se logró que se impulsara una ley aprobada por el parlamento. Fue un trabajo duro que generó muchas condenas a nivel social protagonizadas por los sectores más conservadores de la sociedad. No obstante, el miedo al cambio de algunos no bastó para que otros diesen un paso al frente e hiciesen lo correcto. La ley que permitió la unión civil entre homosexuales.
Dinamarca fue el país propulsor de la primera ley que permitió la unión civil entre personas del mismo sexo. Antes de que esta fuese aprobada, el parlamento recibió un documento firmado por 122 padres fundadores donde pedían que se archivase esta ley para que no se “privilegiase anormalidades” (palabras recogidas por los juristas de la época).

Se produjo una discusión protagonizada por los sectores conservadores, cristianos fundamentalistas que se negaban a abrir la puerta a la igualdad de derechos. Gracias al trabajo y la determinación de los activistas y pese a las presiones varias que tuvieron lugar, el sector retrógrado no logró tumbar la propuesta.
Para llegar hasta la aprobación de la primera ley debemos situarnos en el parlamento de Dinamarca durante el año 1989. La votación salió adelante con 71 fotos a favor, 47 en contra y 5 abstenciones. Este movimiento no fue bien visto por otros países y por parte de la propia sociedad danesa.
En 1999 se produjo una modificación de esta ley en la que se garantizaba todos los derechos fiscales y jurídicos de las parejas homosexuales con algunas excepciones: las leyes que hacían referencia explícita a los sexos de una pareja (no aplicable a uniones civiles) y las regulaciones de tratados internacionales, que no podrían ser aplicables a no ser que los firmantes estuviesen de acuerdo.
El hecho de que esta ley saliese adelante marcó el avance de otros derechos de las parejas homosexuales, como la adopción. Pasarían muchos años hasta que personas del mismo sexo pudieran criar en conjunto a sus hijos. De no haberse logrado este primer paso que amenazaba con poner a Dinamarca contra el mundo seguramente ahora las personas LGTB+ no vivirían del modo que lo hacen actualmente.
En 2012 Dinamarca introdujo nuevos cambios en las leyes sobre uniones, permitiendo que la unión civil pasase a llamarse matrimonio. También se propulsó que las parejas homosexuales pudiesen casarse tanto por lo civil como por la iglesia. De este modo las uniones pasarían a llamarse matrimonios en todos los casos, independientemente del género. No obstante, los sacerdotes pueden negarse a celebrar esta unión, aunque se realiza en muchos casos.

La primera unión
A partir de su aprobación, los activistas Axel y Eigil pudieron al fin sellar su relación en una ceremonia civil. Esta pareja había permanecido más de 40 años juntos hasta que, en 1989, la ley garantizó que dos personas del mismo sexo pudieran registrar su compromiso. Los hombres decidieron fundir sus nombres para convertirse en Axel y Eigil Axgil de forma que su nuevo apellido fuese un símbolo de su amor.
El matrimonio de los Axgil llevaba muchos años ya luchando por los derechos del colectivo LGTB. Su pionera ceremonia permitió al alcalde que los unió en matrimonio reconocer la importancia de esa fecha no solo para ellos, sino para toda la comunidad. En ese día tan memorable el propio matrimonio abogó por dar un discurso en el que pedían a las personas que continuasen luchando para cambiar las cosas.

A su unión les siguieron más de 270 hombres gays y 70 mujeres lesbianas que decidieron registrarse igualmente como parejas civiles, en ese mismo año. Este conjunto de valientes se arriesgó a romper los cánones de la sociedad apostando por el amor libre. Teniendo en cuenta que la primera boda fue en octubre de 1989, en apenas dos meses celebraron muchísimas más celebraciones de todas esas personas que llevaban esperando a poder formalizar su unión.
Esta unión civil fue, de un modo, aprobada por parte de la iglesia, quienes se dedicaron a bendecir las uniones aunque no a la institución en sí. El hecho de que un grupo tan conservador mostrase esa actitud también ayudó a visibilizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La aprobación del matrimonio en otros lugares del mundo
El matrimonio igualitario fue extendiéndose con el paso de los años debido a la continua reivindicación de los derechos LGTB+. Sabemos que en diferentes países se tiene un nombre diferente que garantiza derechos diversos, como puede ser parejas de hecho o uniones civiles. En 2001 dieron el paso en los Países bajos, seguidos por Bélgica en 2003 y España en 2005.
Aun así, no todo está hecho, pues en muchos países sigue estando prohibido y penado por ley que dos personas del mismo sexo traten de tener unos derechos que consideramos básicos para el ser humano. Encontramos ejemplos en todos los continentes: en Nigeria está tipificado como delito cualquier unión civil entre homosexuales, así como en Bolivia, Honduras, Armenia, Croacia, Palaos, etc.
Es lamentable que, actualmente, exista una disparidad en cuanto a la regulación normativa sobre la unión civil entre las personas. La sociedad no parece estar preparada para respetar las ideologías y sentimientos de las personas. Jamás podremos entender como este tipo de relaciones provoca un rechazo y una controversia tan grande hasta el punto de que las parejas tengan que huir de algunos países para ser felices en otros.
Aun así, con este texto queremos agradecer a todos aquellos valientes que no se rindieron, que lucharon por lo que creyeron justo pese a las amenazas y la represión. Puede que no todo el esfuerzo tuviese la recompensa que se merecía en ese momento, pero sin estos héroes no habríamos logrado que la situación empezara a normalizarse en algunos países. Nuestra lucha sigue siendo a largo plazo, pero nosotros no nos rendiremos.