
Lucas Hedges en su entrevista más personal: Así fue su primer beso
Lucas ha experimentado las mieles del éxito a una edad muy precoz. Desde su aparición en ‘Manchester junto al mar’ y su correspondiente nominación al Oscar como actor secundario su popularidad se ha hecho internacional.
El actor ha hecho algunas de sus declaraciones más personales en una entrevista reciente. Una de sus prioridades en estos momentos es comenzar a diversificar el tipo de papeles y personajes que interpreta.
“Creo que mi deseo de diversificar se refleja en la noción de que necesito que me cuiden y eso tiene un peaje en mi vida. En realidad, estoy en una posición en la que la gente se reúne a mi alrededor para ayudarme constantemente. Eso es algo que, literalmente, impide que un ser humano pueda crecer. Me temo que ser famoso puede traducirse en eso. En que puedes ir por la vida de tal forma que la gente te paga para que te cuides”.
En estos momentos, según revela, se encuentra en la búsqueda de su independencia aprendiendo a identificar qué es lo real. “Ahora llega un momento en el que lo verdadero, lo real, es lo que tiene que ser. Yo no soy una máquina, ni puedo apretar un botón mágico para insertar en mi interior cualquier tipo de historia y, sin más, hacer que funcione. La historia tiene que hablarme y si no me habla, entonces simplemente tendré que hacer aquello que es verdad para mí”.
Entre las celebridades, ¿quién es tu crush?
No lo sé. No estoy enamorado de nadie en estos momentos. Habitualmente tengo varios crushes pero últimamente estoy solterón. Sin embargo, sí que puedo decir que siempre he sentido atracción por Phoebe Bridgers.
¿Qué es lo último que haces antes de dormirte?
Sentirme bien. Eso es lo último que hago.
¿Un sueño que merezca la pena recordar?
Cada noche me atragantan los sueños bonitos. Un tío mío dice que los sueños curan y creo que es cierto, que nos despiertan a nosotros mismos.
¿Cómo fue tu primer beso?
Lo cierto es que tuve dos primeros besos. Uno fue jugando al juego de la botella. Aunque fue bonito, fue demasiado corto. El segundo fue en una fiesta, en un jacuzzi el primer año de instituto. No sabía cómo se besaba. Teníamos media cara cubierta de saliva treinta minutos más tarde. No podía parar. Ninguno de los dos sabíamos cómo parar.
¿La última vez que lloraste?
Lloré por última vez el otro día. Estaba escribiendo algo que me hizo sentir tan aliviado que me hizo llorar.