No soy homófobo pero… #ElsíndromedelPERO

El síndrome del pero es uno de los principales problemas del colectivo LGTB. La orientación sexual y la identidad de género no pertenecen a ningún tipo de enfermedad. Sin embargo, la homofobia sí que lo es (aquí puedes ver algunas bonitas frases para hombres gays). Es muy habitual que aquellas personas homófobas traten de construir argumentos basados en una palabra clave: El famoso pero. Hoy se hace muy habitual escuchar a alguien decir: «Yo no tengo nada en contra de los gays, pero…» o «La transexualidad no es un trastorno pero…». Todos estamos habituados a escuchar este tipo de frases y también adivinamos los argumentos que siguen a esos odiosos peros que no son más que un indicio claro de intolerancia y homofobia:

– Pero creo que debería existir también un día del «Orgullo heterosexual».
– Pero no tenemos que ver cómo se besan en público.
– Pero me parece excesivo que se estudie dentro de los colegios.
– Pero no es un matrimonio como tal.
– Pero mis hijos no deben ver sus muestras de afecto.

Estos estrafalarios argumentos pueden ampliarse infinitamente bajo diferentes razones que no son más que prejuicios y un miedo irracional hacia aquello que no es heteronormativo. Es cierto que las personas heterosexuales son mayoría pero, ¿esto significa que deben imponer su forma de ser como un estándar de «buena conducta»? En realidad no.

El síndrome del pero

La comunidad LGTB ha ido ganando mayor visibilidad con el paso del tiempo, sin embargo hoy se enfrenta al gran ataque encubierto: El gran pero. Esa palabra que sirve para marcar la diferencia entre lo común y lo extraño, lo natural y lo poco natural, lo bueno y lo no tan bueno. Es por eso que desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales se ha llevado a cabo una campaña de concienciación llamada «El síndrome del pero».

Este síndrome se hace cada vez más común entre la sociedad precisamente porque el colectivo trata de obtener una situación de igualdad a todos los niveles incluyendo la formación de una familia, un matrimonio o el acceso a puestos de trabajo sin sentir miedo. Su alto peligro de contagio lo hace preocupante e incluso puede presentarse dentro del propio colectivo LGTB.

Aunque te cueste creerlo, aún hoy existen personas LGTB que se oponen a la adopción, la gestación subrogada o el propio matrimonio. Sin embargo, hay buenas noticias… El síndrome del PERO tiene cura y se llama Argumentine. Este fármaco ayudará a eliminarlo por completo. Además, puedes descubrir si tú también sufres de este síndrome dentro de un rápido test que podrás encontrar dentro de su página oficial.

Si descubres que tú también has aprendido a utilizar el pero como un arma arrojadiza contra ti mismo, puedes solucionarlo. ¡No hay nada mejor que una buena dosis de argumentos e información para paliar cualquier tipo de carencia cultural!