
Obras de arte con temática LGTB que se han convertido en iconos
El arte es una manifestación cultural que si por algo se caracteriza es por su capacidad para proporcionar libertad, incluso en los escenarios más represivos. Durante toda la historia hemos podido comprobar cómo el arte se ha convertido en la única salida para aquellas colectivos oprimidos vorazmente por tiranías y sistemas sociales inquisidores.
El arte, siempre ha estado por encima de cualquier imposición e ideología política precisamente porque funciona través de la intuición y la emoción.
Resulta impresionante viajar atrás en el tiempo para adentrarnos en épocas en las que la homosexualidad era algo inimaginable a nivel social (sobre todo por el nivel de invisibilización y adoctrinamiento religioso que había) y sin embargo descubrir que ya existían obras de arte que hacían referencia a ello.
Hace muy poco se llevó a cabo una selección de obras de arte en El museo del Prado y El museo de Thyssen-Bornemisza que giraban precisamente alrededor de la homosexualidad y el mundo LGTB. En ella se aglutinaron ejemplares de grandes artistas universales y que por diferentes razones pasaron a convertirse en un patrimonio cultural importantísimo para la comunidad LGTB:

San Sebastián (1533) de Bronzino
Esta es una pintura de Bronzino, un artista que mantuvo una relación amorosa con su maestro. Teniendo en cuenta que esta composición no tiene elementos que destaquen la religiosidad del santo y se hace un tratamiento de las flechas con especial sensualidad, la historiadora Janet Cox-Rearick la bautizó como una obra de “carácter conscientemente homoerótico”. Hoy es en un icono para la cultura LGBTI.

La muerte de Jacinto (1752-1753) de Giambattista Tiepolo
Fue un encargo hecho por un barón alemán para homenajear a su pareja, un músico de nacionalidad española. En esta pintura se narra la muerte de Jacinto, el amante del dios Apolo. Presenta una enorme riqueza simbólica y estética que con el paso de los años le han llevado convertirse en una referencia ineludible.

Nacimiento de Venus – La Aurora (1906-1907) de Augusto Rodin
Rodin es un artista que ha mostrado siempre gran interés por las relaciones amorosas y sexuales entre mujeres. En este caso, su escultura está formada por tres yesos que fueron esculpidos hace 20 años. Sin duda, su trabajo logró reflejar el momento de intimidad de una pareja de lesbianas con total maestría.

Retrato de George Dyer en un espejo (1968) de Francis Bacon
George Dyer era un ratero que entró a robar en el taller de Bacon y se sospecha que además existieron relaciones sexuales entre ambos. Según el propio museo del Prado este óleo funciona como un símbolo de protesta en contra del naturalismo pero al mismo tiempo como una representación de la relación que mantuvo el artista con Dyer.

Antinoo (131-132)
Este es un busto realizado en mármol por un taller romano anónimo y se ha incluido en un recorrido en el que se exploran las relaciones homosexuales en la antigüedad. Representa a un joven romano con una exuberante belleza que fue amante de Adriano, el emperador.

La Gioconda (1503-1519)
Es una de las copias de la Mona Lisa mejor realizadas, fue pintada en el taller de Leonardo da Vinci por alguno de sus aprendices Melzi o Salai. Se ha comentado en muchas ocasiones y mediante distintas fuentes precisamente porque la relación entre ellos no era sólo académica-profesional sino que fueron amantes del propio Leonardo. Además se cree que Salai fue el modelo para la sonrisa de la obra original.

La mujer barbuda – Magdalena Ventura con su marido (1631) de José de Ribera
Esta obra representa una contradicción a lo que «se supone» que debe ser el cuerpo. En él se observan un huso y una concha como elementos que simbolizan el hermafroditismo. Está protagonizada por Magdalena Ventura a quien le creció barba y empezó a quedar calva a los 37 años. Magdalena fue madre de tres hijos.

El rapto de Ganimedes (1636-1638) de Pedro Pablo Rubens
Esta obra formaba parte de una serie dedicada a aquel amor que no era aceptado en el mundo real y que sólo estaba aceptado en dioses y personas de alto poder. En esta obra se representa la carnalidad con la que Rubens acostumbraba retratar a los hombres y muestra a un Ganimedes más viril de lo común. Éste era un troyano al que Zeus raptó después de convertirse en águila y lo llevó al Olimpo para que fuese su amante.

El maricón de la tía Gila (1808-1824) de Francisco de Goya
Forma parte de una serie en la que el autor retrataba a «Freaks» y personas marginales de la sociedad. Entre ellos, un hombre bastante andrógino y homosexual.