Phillip Morris: El famoso romance gay entre dos presos (historia real)

Jim Carrey y Ewan McGregor protagonizaron el romance gay carcelario más famoso de la década ’00. Pero… ¿Sabías que su historia ocurrió en la vida real con total exactitud a lo que pasa en la película?

Hoy vamos a ver qué parte de este romance carcelario tuvo lugar en la vida real y conoceremos a los protagonistas reales. Desafortunadamente no existen fotografías sobre los hechos reales, por lo que nos apoyaremos con algunos frames de la película.

¡Aviso! Si no has visto la película y te gustaría verla, lee este post con precaución ya que contiene SPOILER.

Steven Russell nació hacia septiembre de 1957 en Carolina del Norte. A pesar de que un había creado su propia familia dentro de un matrimonio tradicional, siempre había escondido un secreto: Era gay. Un buen día decidió decir adiós a su infeliz vida y confesó a todo su entorno que era homosexual. Esto ocurrió en la década de los 90’s por lo que tuvo que pagar un precio muy caro después de reconocer su verdadera orientación sexual. Steven se quedó sin trabajo cuando la empresa de alimentación en la que ocupaba un importante cargo como ejecutivo descubrió que era homosexual y decidió despedirlo fulminantemente. Fue entonces cuando su vida cambió radicalmente en un corto espacio de tiempo.

En ese momento decidió abandonar a su familia para siempre y asentarse en Miami. Allí conoció a un hombre, Jimmy Campbell e inmediatamente iniciaron una relación amorosa.

Sin embargo la tranquilidad duraría poco en la vida de Russell pues al poco tiempo sería encarcelado durante seis meses después de haber sido denunciado por fraude al fingir un accidente. Por lo visto, Russell fingió haber resbalado en un supermercado. Pero no llegaría a cumplir su pena pues tan sólo cuatro semanas después de haber sido encarcelado decidió escaparse de prisión haciéndose pasar por un guardia tras robar un uniforme y hacerse con un walkie-talkie.

Steven Russell: El hombre real.

Pero… ¿por qué lo hizo? Steven Russell decidió escapar de la penitenciaria con un móvil amoroso. Había descubierto que su novio Jimmy Campbell estaba muriendo de sida y no dudó en escapar para cuidar de él. Sin embargo, a pesar de que logró escapar, no consiguió su objetivo pues pronto fue localizado y devuelto a prisión. Tres semanas después, y mientras él estaba ya entre rejas, su pareja falleció.

Steven Russell y Phillip Morris en la vida real.

Sin embargo a su regreso conoció al gran amor de su vida: Phillip Morris, un recluso que compartiría prisión con él. Tal fue la obsesión que desarrolló por este hombre, que llegó a cometer enormes locuras y delitos que más tarde pagaría caro.

Cuando ambos cumplieron las condenas que les habían impuesto Russell decidió hacerse pasar por sus antiguos jefes y modificar por completo su currículum para poder acceder a una vacante como director financiero dentro de North American Medical Management (NAMM).

A través de mentiras y una personalidad arrolladora logró ganarse la simpatía de todo el equipo, conseguir el puesto de trabajo y malversar nada más y nada menos que ochocientos mil dólares. Su objetivo, según sus propias declaraciones, era darle la mejor vida posible a su amado: Philip Morris.

Sin embargo, su comportamiento descarado y ostentoso hizo que su entorno sospechase de su verdadera identidad y pronto fue descubierto. Como consecuencia, la pareja (Phillip y Steven), regresó a prisión. El equipo responsable de prisiones decidió tomar precauciones pues ya tenían experiencias anteriores con Steven y sabían que era especialmente escurridizo y tendía a escaparse. Por ello le impusieron una fianza superior a lo normal, pero como podrás imaginar esta precaución no fue suficiente.

El «arte» de Steven para la mentira logró embaucar y confundir a la administración. El preso llamó a la oficina del condado desde la propia cárcel y se hizo pasar por juez. En aquella llamada telefónica mató dos pájaros de un tiro: Por un lado se redujo la fianza a la irrisoria cifra de 45.000 dólares (mucho menor de lo que en un principio se había fijado) y además logró falsificar el documento a partir del cual la justicia estadounidense le dejaba en plena libertad bajo fianza reducida. Logró también que ese documento se enviase de la forma más creíble a prisión y finalmente, logró escapar. Cuando las autoridades advirtieron lo ocurrido, Russell se encontraba a cientos de kilómetros de ellos.

Sin embargo, su ansiada libertad volvió a esfumarse más pronto de lo deseado cuando tan sólo unas semanas más tarde le cazaron en Florida. Su error fue telefonear a sus amigos para pedirles dinero, suficiente para que la policía lograse rastrear su localización.

Esta vez fue condenado a más de 45 años de prisión en una cárcel de máxima seguridad en Texas por su malversación en NAMM. Sin embargo, también logró escapar de allí. En este caso tintó su uniforme blanco de preso con color verde, valiéndose de un rotulador dentro del baño de su celda. Cuando consiguió darle una tonalidad más o menos homogénea abandonó las instalaciones saliendo a pie por la puerta principal: Había logrado que le confundiesen con un médico.

En cuanto pudo salir de allí corrió hasta una casa en las inmediaciones y allí encontró a un hombre al que logró convencer para que le llevase hasta la ciudad. Una vez consiguió llegar, un taxi le llevó hasta Houston donde consiguió localizar a su amado Morris, que aún estaba pendiente de juicio y recibir condena por el caso NAMM.

Lo cierto es que Phillip Morris se sentía algo desencantado de su enamorado y no podía confiar en él pues le había metido en muchos problemas. Aún así Steven consiguió convencerle para que juntos pudiesen marchar hasta Blioxi. Sin embargo, una vez más, Steven fue reconocido allí cuando se encontraba jugando en un casino y fue arrestado, esta vez con su adorado Morris. Ambos fueron trasladados de nuevo a la cárcel de máxima seguridad, aunque esta vez separados en edificios distintos. Además ambos contaban con una sentencia penal ampliada.

En este contexto, Steven se sentía especialmente preocupado, pues la última conversación que tuvo con Phillip Morris le dejó un mal sabor de boca. Phillip le había dicho que ya no podía confiar en él, que no le conocía realmente y que por ello no quería saber nada más de él. Estas palabras hirieron profundamente a Steven y dentro de prisión empezó a pensar en la forma de volver a reunirse con Phillip y conseguir la libertad para iniciar una vida de cero y juntos. Poco después llevó a cabo su obra maestra en cuanto a estafas y motivo por el que se hizo famoso en los medios nacionales e internacionales.

Steven comenzó a fingir que padecía el sida con todos los síntomas que la enfermedad conlleva. Para ello consumió grandes cantidades de laxantes (lo cual le hizo perder una gran cantidad de peso) y actuó lo mejor que supo. Además, logró falsificar sus análisis médicos mediante una máquina de escribir para que sus síntomas fuesen apoyados mediante un documento médico oficial.

Cuando los responsables de prisión percibieron su malestar y leyeron su historial clínico decidieron darle la libertad condicional para que pudiese fallecer en un ancianato. Además Steven hizo una llamada (otra vez desde prisión) y se puso en contacto con la junta de libertad condicional para hacerse pasar por un doctor especializado en sida. Fingió estar interesado en reclusos con sida para un tratamiento experimental. Después de hacer la llamada el mismo Steven se ofreció a participar en ese tratamiento experimental.

Después de organizar su recogida logró abandonar el estado de Texas y pocos días después envió a la junta su certificado de defunción. En ese momento podría haber conseguido su libertad de por vida, pero no podía rehacer su vida sabiendo que su amado Morris aún se encontraba entre rejas. Por ello decidió trabajar en una estrategia para liberar a su enamorado. Para lograrlo hizo una llamada telefónica a la prisión donde se encontraba Morris y se hizo pasar por su juez. Además creó una orden de arresto para que trasladaran a Phillip hasta la cárcel de Dallas.

Poco después Steven se presentó allí disfrazado del abogado de Phillip y con los credenciales falsificados. Allí despertó sospechas y de hecho le descubrieron pero para entonces Steven ya había huido y se encontraba lejos de allí. Estuvo desaparecido hasta 1998 donde intentó conseguir 75.000 dólares en un banco de Dallas y haciéndose pasar por multimillonario. Los trabajadores de la sucursal se dieron cuenta y llamaron a las autoridades. Sin embargo, Steven no se rendiría tan fácilmente.

Fingió un ataque al corazón y fue ingresado en un hospital. Allí le colocaron un policía guardián en la puerta de su habitación. Fue entonces cuando Steven decidió llamar a las autoridades con su teléfono móvil haciéndose pasar por un agente del FBI y ordenándoles que le liberaran. Y sí… ¡Lo hicieron!

Sin embargo… finalmente Steven Russell fue detenido unos meses después en Florida y se le impuso una condena de 144 años por su enorme capacidad para engañar. Hoy se encuentra en la prisión de West Livingston y está en constante aislamiento. Sólo cuenta con una hora al día para asearse y hacer algo de ejercicio. Parece que su época dorada para mentir y escapar ha tocado su fin… ¿O no? Phillip Morris por el contrario se encuentra en libertad, y de hecho se hizo algunas fotografías con Jim Carrey y Ewan McGregor en el estreno del film… ¡Increíble!

Steven Russell en la actualidad dentro de prisión.