
Primera adopción gay en Singapur
¿Adopción igualitaria en Singapur? No había sucedido hasta ahora. El protagonista de esta historia (cuyo nombre no ha trascendido por motivos legales), ha tenido que luchar una larga batalla para poder adoptar, una posibilidad que se le negaba por el hecho de ser gay.
Recurriendo hasta el Tribunal Supremo de Singapur, al fin ha quedado acreditado que es una persona válida para adoptar, sea cual sea su orientación sexual.
Un pasito pequeño en un país que necesita avanzar mucho
Singapur es un país, por desgracia, tremendamente homófobo (puedes descubrir más al respecto con estos documentales lgbt). Por supuesto, no solo el matrimonio igualitario no está reconocido, es que hasta los actos homosexuales están prohibidos.
Es por ello que la adopción por parte de una persona o pareja homosexual no está contemplada. Sin embargo, este hombre que ahora tiene 45 años y que mantiene una relación desde hace 20 años con su pareja, también hombre, decidió en 2013 tener un hijo mediante la técnica del vientre de alquiler en EEUU.
Sin embargo, el bebé, al haber nacido allí, era considerado ciudadano americano. Cada seis meses debían renovar su visado temporal haciendo salidas y entradas del país.
Ya en 2014, el padre biológico comenzó a tramitar la adopción del bebé de manera legal, pero se toparon de frente con el muro que supone que legalmente las parejas LGTB+ no pueden adoptar.

Adopción por pareja gay en Singapur: Sin marcar precedentes
Tuvieron que recurrir hasta el Tribunal Supremo. Este no ha podido hacer más que reconocer el derecho del padre biológico a adoptar al niño, pero eso sí, como padre soltero y no como una pareja.
Para este Tribunal, sin embargo, la sentencia no marca una antes y un después, ni abre las puertas para reconocer el derecho de las familias homoparentales a adoptar.
El Tribunal incluso especifica que con esta sentencia no pretende en ningún caso apoyar esta cuestión pero que no podían dictar sentencia en otro sentido ya que no había “una razón lo suficientemente poderosa que nos permita ignorar el imperativo de promover el bienes del menor y anteponerlo al resto de consideraciones”.
El niño obtendrá así la nacionalidad de Singapur lo que asegura su residencia en el País y el acceso a los derechos que le correspondan: “De lo que estamos hablando es de lo mejor para el bebé”.
Quizá esta sentencia no suponga un paso definitivo hacia la adopción por parte de parejas o personas homosexuales pero sí que deja una pequeña puerta abierta a los vientres de alquiler.