
Rusia creará un instituto psiquiátrico para estudiar el comportamiento de las personas LGBTI. Plantean las terapias forzadas para curar la homosexualidad
El presidente Vladimir Putin ha dado una sorprendente orden al Ministerio de Salud: la creación de un sombrío instituto psiquiátrico destinado a investigar el comportamiento de las personas LGBT. El ministro de Salud, Mikhail Murashko, reveló esta preocupante noticia mientras respondía a los interrogantes de los parlamentarios en la Duma Estatal, según informa el portal «Vazhnye istorii» (Historias Cruciales).
El diputado Anatoliy Vasserman, sin pelos en la lengua, inquirió a Murashko acerca de los esfuerzos de su departamento en la exploración de «métodos psiquiátricos que pretendan ajustar la percepción de las personas LGBT sobre los roles de género y la sexualidad, con supuesta base en la realidad».
Con un tono sereno pero escalofriante, Murashko declaró: «En estos momentos, contamos con una directiva presidencial para establecer un instituto adicional de investigación, el cual no solo abordará estas cuestiones, sino que también investigará diversas áreas del comportamiento, incluyendo el ámbito social. Este instituto se basará en nuestro destacado centro federal de psiquiatría. Por ende, esta línea de investigación también será objeto de un riguroso examen científico, en adición a las actividades que ya estamos llevando a cabo».
Las palabras de Murashko dejan al descubierto los planes en marcha para implementar terapias de conversión coercitivas en Rusia, como bien advierte el portal LGBT «Parni+». Esta tenebrosa práctica consiste en un conjunto de intervenciones seudocientíficas, tanto psicológicas como físicas, que supuestamente prometen «curar» cualquier orientación sexual no heterosexual. Los expertos de las Naciones Unidas han abogado por su total prohibición, comparándola incluso con prácticas de tortura.
En febrero de 2023, el Grupo de Crisis de la ONG SOS alertó sobre un alarmante aumento en el número de los llamados centros de rehabilitación en Rusia, lugares donde engañan a las personas, prometiendo «curar» su homosexualidad y ateísmo. Los defensores de los derechos humanos denuncian que los pacientes sufren abusos físicos, son esposados y padecen situaciones de hambre extremo. Además, el reconocido periódico «Novaya Gazeta» informó hace dos años sobre la existencia de estos centros incluso en la capital, Moscú.