
‘Sabrina: The Teenage Witch’ ¿una historia velada sobre homosexualidad?
Hacia el 5 de septiembre del año 2003 la revista Entertainment Weekly analizó la popular serie de la bruja adolescente dentro del número anual de ‘Placeres culpables’ en el que sus redactores hablaban sobre cosas que no suelen gustar al público generalista.
El análisis habla sobre una posible alegoría de la homosexualidad y, para qué vamos a engañarnos, visto desde esta perspectiva lo cierto es que las piezas pueden tener cierto sentido.
El artículo decía así:
Mucho antes de que apareciese en pantalla la lesbiana Willow de Buffy Cazavampiros existía Sabrina: La bruja adolescente. Una elegante y genialmente construida alegoría de la homosexualidad. Pero, ¿qué diablos tiene de gay esta serie infantil con gato animatrónico incluido?
Lo cierto es que mucho. Sabrina es una joven de instituto que esconde un secreto que no puede revelar a ninguno de sus amigos. ¿La razón? Tiene terror ante una persecución que sin duda se producirá si lo hace. Por otro lado, sus padres aparentemente no quieren saber nada de ella y el único lugar en el que puede ser ella misma es en un excéntrico mundo llamado La Otra Dimensión, al que… ¡Sorpresa! Accede a través de un armario.
Además, también vive con sus tías, las únicas que saben su secreto. Ambas “hermanas” de mediana edad (ejem, ejem) que no se parecen absolutamente en nada y que muestran un escaso (o ningún) interés por los hombres.
Luego, por otro lado, están las anécdotas de cada episodio. Por ejemplo, en uno de ellos se escapa de casa para asistir a un concierto de ‘N Sync’ (es una adolescente, sí. Pero eso es bastante gay). En otro de ellos, se convierte literalmente en chico y debe ocultar su amor por Harvey haciéndose pasar por un tío hetero.

Lo cierto es que la presencia de un secreto irremediable, una familia homoparental (aunque no sea literal, pero si hay roles de familia homoparental con dos figuras femeninas ocupando el lugar del padre y la madre), el armario como vehículo para acceder a su mundo secreto y el hecho de que buena parte de la trama versa alrededor de que LITERALMENTE tiene que salir del armario ante sus amigos y seres queridos (como Harvey) y contarles que es una bruja… Son datos increíblemente sospechosos.
Aunque no fuese guionizada con dicha intención, lo cierto es que de hecho es una gran metáfora sobre la homosexualidad. Nuestra querida Sabrina escondía un secreto sobre su identidad por el que irremediablemente sería juzgada y para ser su verdadero yo, debía transportarse a otro mundo metiéndose en el armario.