Soy pasivo y me he enamorado de otro pasivo ¿estamos destinados al fracaso?

Los roles dentro de las parejas homosexuales son una parte fundamental a la hora de entender el placer y el propio sexo. Lo ideal es que dentro de la pareja exista un hombre activo y otro pasivo (o al menos uno de ellos es versátil), y cuando esto no ocurre: Hay problemas. Un hombre es activo cuando sólo obtiene placer sexual al penetrar a su compañero. Esto significa que es incapaz de experimentar placer siendo penetrado o ejerciendo el papel de pasivo.

Debido a los estereotipos y los marcados roles de género, se suele asociar el rol sexual en base a la personalidad del hombre. Sin embargo esto es un gran error. La preferencia sexual no está relacionada (al menos no siempre) con la propia personalidad.

Algunos de los estereotipos más habituales dentro de la comunidad gay son:

– Los hombres femeninos o con pluma siempre son pasivos.
– Los hombres masculinos o sin pluma siempre son activos.
– Los hombres versátiles en el fondo son pasivos pero no quieren reconocerlo.

Este tipo de afirmaciones y creencias no tienen nada que ver con la realidad. De hecho, es muy común que existan hombres con identidad de género marcada y rasgos femeninos que son totalmente activos y viceversa. En realidad, esta forma de etiquetar a las personas y clasificarlas a nivel sexual es algo heredado de la mentalidad más tradicional.

Al mismo tiempo existen otras creencias que parecen estar institucionalizadas y que se dan por hecho. Por ejemplo: Los hombres activos siempre serán dominantes, y los hombres pasivos siempre serán sumisos. Pero, ¿por qué no puede un hombre pasivo ejercer un papel dominante cuando practica relaciones sexuales?

Al final de lo que estamos hablando es de creencias que en lugar de generar fluidez y calidad dentro de las relaciones sexuales lo que hacen es crear barreras psicológicas que al final acaban derivando en represiones y una incapacidad para disfrutar del sexo con naturalidad.

Es precisamente por esto por lo que es común que se produzcan relaciones disfuncionales o basadas en imperativos sociales que en realidad oxidan la relación y la llevan al fracaso.

Por ejemplo, un usuario nos escribió un mensaje hace poco menos de un mes hablándonos sobre un problema que tiene. Él es pasivo, pero su actual pareja dió por hecho desde un primer momento que él era activo precisamente porque es masculino. La cosa se ha complicado porque en realidad nuestro lector se siente enamorado de su pareja a pesar de que sexualmente no funcionen 100%:

«No sé si acabar con mi relación y sincerarme con mi novio o ignorarlo todo y seguir con él. No sé si sólo por razones de sexo debería terminar con él. El sexo al principio iba bien pero ya no me apetece tenerlo sobre todo cuando tengo que penetrarle. El cree que disfruto pero la verdad prefiero practicar sexo oral a practicar la penetración porque no me gusta ser activo. Esto me hace fantasear con otros hombres y no sé si está bien, pero yo le quiero y querría pasar mi vida con él».

Complicado… Pero:

Cuando no practicáis la penetración ¿tienes unas relaciones sexuales placenteras? En caso de que la respuesta sea sí esto es una buena señal. De hecho existen muchas parejas que no practican sexo anal como tal. El objetivo de practicar sexo en pareja es sentir placer, pero este placer también puede estar motivado por el encuentro y por la carga psicológica que supone.

¿Crees que podrías aguantar realmente una relación sin volver a ejercer el rol de pasivo? Y en caso de ser así… ¿Estás dispuesto a renunciar a ello por estar con tu pareja?

El hecho de que los encuentros con tu pareja signifiquen algún tipo de carencia es una señal de peligro. Esto sólo puede traer problemas a la relación. Si no ocurre ahora, en un futuro sí ocurrirá. Por lo que nos cuentas, en vuestra relación hay un error de base: No tenéis una buena comunicación. Por encima de todo, la comunicación es un valor imprescindible para que una pareja funcione correctamente y sea saludable.

Antes de actuar, deberás valorar las posibilidades que tienes a tu alcance y sobre todo ser sincero contigo mismo: ¿Realmente quieres renunciar a tu personalidad dentro del sexo para estar con esa persona? ¿No crees que podrías ser más feliz estando con alguien que realmente se ajuste a tu personalidad y también a forma de entender el encuentro sexual?

El sexo no debería ser el único factor a tener en cuenta a la hora de formar una pareja. Sin embargo, sí que debe ser uno de los más importantes. Y es que el sexo es importante y el placer que se experimenta en pareja también lo es. Plantéate las cosas con distancia: ¿Te compensaría tener una relación donde no sientes placer totalmente en cada encuentro?

Si tu pareja se enterase de que en realidad eres pasivo… ¿Cómo crees que reaccionaría?

Si tu pareja descubriese que en realidad no eres activo… ¿Qué crees que ocurriría? Quizá deberías ser sincero con él, por un lado para conseguir un mayor bienestar contigo mismo y además porque se merece saber la verdad. Probablemente sea tu propia pareja la que decida terminar la relación porque aunque tú puedas estar dispuesto a renunciar al sexo anal, puede que él no.

En este caso, deberías aceptar la situación porque tampoco sería justo estar con una persona de una forma poco honesta. Ten en cuenta que las relaciones que funcionan son aquellas en las que existe confianza. Si le ocultas a tu pareja tu identidad (en el sexo o en cualquier otro sentido) en realidad esa relación no será real como tal.

Decides continuar con tu pareja

Si decidís continuar con la relación, existen diferentes alternativas. Por un lado existe la posibilidad de que renunciéis al sexo anal como tal puesto que ambos sois pasivos y no podéis cubrir las necesidades del otro.

Otra opción podría ser cubrir este tipo de carencias con otras alternativas: ¿Qué tal si recurrís a un juguete erótico (dildo)? Quizá de este modo podáis experimentar un mayor placer sin necesidad de ejercer ninguno el papel de activo.

Por otro lado, existen otras modalidades de pareja que son más abiertas de mente: Las parejas abiertas o aquellas que practican sexo con otras personas (estableciendo unos acuerdos previamente) fuera de la relación.

Como puedes ver la posibilidades son muchas, pero lo ideal es que por delante de todo siempre vaya la sinceridad. Tu pareja será tu compañero de vida. ¿De verdad te gustaría tener un compañero de vida en el que no confías y al que mientes?